Es lunes son las 7.30 de la noche veo a un niño caminando y
dirigiendo su mirada a la casa de mi vecino de al lado, se detiene y se queda
mirando muy fijamente una de las ventanas,
pasan varios minutos y el niño sigue mirando la ventana, de pronto sale la hija del vecino, ella una
niña que mi madre le tiene mucho aprecio por lo educada que es. Me escondo
entre las cortinas de la ventana para poder ver lo que va a ocurrir en ese
momento.
Ella sonríe al ver su presencia él se pone nervio y le dice:
Hola… Ella a se pone a reír delicadamente.
De pronto la cara del niño cambia como asustado y se va
corriendo… me pongo a ver lo que pasa, es el papa de la niña… creo que se ha
dado cuenta de lo que está ocurriendo en ese momento.
Pasan los días y continúa ocurriendo la misma escena a la
misma hora y en el mismo lugar… Pero ahora la niña ya no sale a la calle jugar
como todo los niños del vecindario, porque su papá no desea que se cruce con
ese niño.
Era un día al amanecer estoy en plenas vacaciones de verano,
estoy regando las flores del jardín y de pronto escucho la voz del niño
hablando con su amiga de la niña y le dice: “quiero decir a ella que la amo, pero
no sé cómo hacerlo”. La amiga de la niña se pone a reír pero, yo se que lo dice
enserio, salgo y me acerco al niño, lo miro
le dijo: Tú puedes Campeón… sabes, creo que me has ganado…
Te felicito.
El niño me mira y se va corriendo…